Hoy hay en el cielo una nueva estrella, la de MAYKA.
El infortunio quiso que su marcha fuera precipitada, inesperada, y por supuesto injusta.
Siempre la recordaremos, alegre y dispuesta. Aportando su granito de arena, con su buena predisposición.
Deja aquí lo mejor de ella, sus hijas, Yurena y Atenea.
Que su recuerdo les dé fuerza.
Que su luz las ilumine por siempre.
Ha sido un placer coincidir contigo en esta vida.
Un abrazo de toda nuestra comunidad educativa, Mayka.
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